lunes, 21 de marzo de 2016

¡A viajar sin alergias!


Quien lleva largo tiempo conviviendo con alguna alergia, generalmente ha aprendido a controlarla y sabe cómo actuar ante alguna crisis cuando está en casa, en la oficina o en reuniones con amigos. Pero, ¿qué pasa si se aleja de su ambiente habitual, por ejemplo, con motivo de un viaje de placer? El panorama no tiene porqué ser diferente, el trastorno puede seguir estando bajo control si se toman en cuenta ciertas precauciones antes de iniciar el recorrido.


Demasiado sensible


Sabemos que una alergia es la reacción del sistema inmunológico (de defensas) frente a alguna sustancia que normalmente no afecta a la mayoría de las personas (alérgenos). Los factores que la originan son varios, pero entre los más comunes se encuentran: polen, ácaros de polvo, esporas de moho, pelo de animales, alimentos, picadura de insectos y medicamentos.

Seguramente síntomas como goteo o escurrimiento nasal, estornudos, comezón y sarpullidos, hasta eccema o asma, te resultan familiares, y has logrado mantenerlos bajo control. Sucederá lo mismo si al preparar tu equipaje tomas las medidas necesarias.



Preparando las maletas, para tener el control de la alergia


Es importante que empaques los medicamentos indicados por el especialista (y en cantidad acorde al tiempo que durará el viaje) dentro de bolsa que permanezca siempre a tu alcance. Si viajas en avión, guárdalos en el equipaje de mano para tomarlos rápidamente en caso de ser necesario.

De igual forma es recomendable llevar siempre una pulsera o placa de identificación que describa claramente tu alergia, así como el número telefónico de tu médico en caso de emergencia.
Para divertirte al aire libre

Durante la temporada de verano es habitual que en el ambiente se propague polen de hierba y artemisa y que proliferen algunos insectos, por ello en caso de actividades al aire libre recuerda:
  • Usar anteojos o gafas de Sol para prevenir que el polen entre a tus ojos.
  • Dejar en casa los perfumes. El calor, la transpiración y el olor del cuerpo, principalmente, son los factores que atraen a los mosquitos (hembra).
  • Vestir prendas con manga larga y pantalón para proteger tu piel.
  • Evitar ropa de colores brillantes, pues atrae a los insectos.
  • Alejarte de áreas húmedas, así como donde haya agua estancada, ya que en esos lugares suelen multiplicarse los mosquitos.
  • Utilizar repelentes de insectos de venta libre. Actualmente, existen en el mercado variedad de presentaciones, desde loción hasta aerosol.

Después de tus actividades al aire libre, al desvestirte es recomendable sacudir cada prenda (de preferencia, fuera de la habitación) y enjuagar tu cabello antes de acostarte. Además es importante mantener cerradas las ventanas de la habitación por la noche y, de ser posible, recurrir al uso de aire acondicionado para limpiar el ambiente, así como evitar secar la ropa en el exterior durante el día, ya que pueden adherirse partículas de polen. 


El placer de comer


En todo viaje, los alimentos constituyen gran atractivo turístico, sin embargo, debes tomar en cuenta lo siguiente:

  • Antes de sentarte a la mesa de algún restaurante verifica el menú que ofrece y asegúrate de que encontrarás platillos adecuados a tus necesidades.
  • Revisa cuidadosamente las etiquetas de los alimentos que adquieras en comercios o autoservicios, para descartar cualquier posibilidad de ingerir ingredientes que disparen tu alergia.

  • En cuanto a la preparación de alimentos, recuerda que los menús simples son los más recomendables para personas alérgicas: mientras menos elementos se agreguen a los platillos, se reducirán las probabilidades de que se produzca una reacción inesperada.
  • Si viajas a un lugar donde podrás cocinar, procura utilizar ingredientes naturales, ya que aunque los productos preempaquetados de las tiendas ahorran tiempo y son más prácticos, algunos contienen desencadenantes de alergia. Por ejemplo, muchos adobos ya preparados o condimentos para ensaladas tienen alérgenos como trigo, soja y sésamo.
  • Cuando el paseo incluya un día de campo o picnic, lleva en recipientes bien identificados comida para quien es alérgico, y no olvides un paquete de toallitas húmedas para la limpieza de las manos.

Los paseos familiares durante las vacaciones representan magnífica oportunidad para convivir con los seres queridos, estrechar lazos y olvidar un rato la rutina en el trabajo o la escuela, así que prepárate para que tu viaje sea tal como lo has planeado y deje en la mente momentos agradables, no tristes recuerdos de la inesperada visita al médico debido a alguna crisis alérgica.

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