lunes, 12 de diciembre de 2016

PLASMA RICO EN PLAQUETAS & ÁCIDO HIALURÓNICO

Son dos de los tratamientos  mediáticos y de tendencia en estos últimos años.

El ácido hialurónico comenzó a usarse en cosmética como un tratamiento antiarrugas  en la década de los 90, en forma de viales inyectables que consiguen, de manera prácticamente inmediata, devolver a la piel su volumen inicial e hidratarla en profundidad, mejorando también su tersura y luminosidad. Así, se corrigen los primeros signos del envejecimiento cutáneo manteniendo nuestra piel joven por más tiempo.
Esto se debe a que la aparición de arrugas y flacidez asociadas al paso del tiempo se produce en gran parte por la pérdida de hidratación en la piel que provoca la disminución de ácido hialurónico y de la capacidad de nuestro organismo para reponerlo a medida que nos hacemos mayores.
Las zonas más comunes en las que se aplica son:

  • Contorno y comisura de los labios.
  • Volumen labial y facial (pómulos).
  • Arrugas labiales o peribucales (alrededor de la boca).
  • Surcos nasogenianos (líneas de expresión a ambos lados de la nariz y la boca).
  • Patas de gallo.
Los resultados se ven inmediatamente aunque al tratarse de un producto reabsorbible, después de un tiempo deberá repetirse el tratamiento, el tiempo puede variar entre los cuatro y seis meses. 



Plasma rico en plaquetas es un tratamiento regenerativo, idóneo para ser aplicado en pieles maduras que presenten signos de envejecimiento o en pieles jóvenes con marcas de acné. Produce importantes beneficios sobre la piel envejecida, restaura la vitalidad cutánea, aumenta su grosor y recupera la consistencia elástica.


¿En qué consiste el tratamiento de Plasma Rico en Plaquetas?
El Plasma Rico en Plaquetas se obtiene a partir de la propia sangre del paciente, mediante un proceso que incluye el centrifugado de una muestra de sangre, de la cual se obtiene el plasma rico en plaquetas. El Plasma Rico en Plaquetas se aplica en la piel por medio de microinyecciones.
 Este tratamiento consta de 3 pasos:
1.Extracción de sangre:se procede a la desinfección de la zona donde se va a realizar la extracción. Preferiblemente del antebrazo. Se coloca previamente banda elástica para restringir la circulación venosa y así facilitar la extracción. Una vez obtenida la muestra, se retira la banda elástica antes de retirar la aguja para restablecer la circulación. Tiempo estimado: 5-10 min.
2.Centrifugado: una vez obtenida la muestra se procede a su centrifugación a 2800 - 3100 rpm durante 9-10 min. Al finalizar la centrifugación tenemos ya la muestra preparada para su activación.
3.Aplicación del PRP: el PRP se puede inyectar a nivel intradérmico mediante microinyecciones, donde abundan las células funcionales de la piel, las cantidades sobrantes de PRP se pueden inyectar a modo de nappage en la epidermis para estimular las células epidérmicas. De todos modos, las zonas y la profundidad de inyección dependen de la patología a tratar o del efecto deseado.

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