martes, 24 de marzo de 2015

¿Relación de la comida y el cáncer?

El dicho de que "somos lo que comemos" es un refrán tan popular que parece sorprendente el grado de desinterés que existe a la hora de aplicarlo. El desorden y la falta de compromiso a la hora de mantener una dieta equilibrada, desencadena en muchos casos enfermedades crónicas a las que se les atribuyen otras fuentes pero que en realidad han nacido de la mala nutrición.


¿Qué dirías si alguien te dijera que existe una relación estrecha entre lo que comes y el cáncer?


"El cáncer es un patología de primer orden en la sociedad occidental.Cuando nos referimos al cáncer, hay que tener en cuenta que no hablamos de una sola enfermedad, sino que este término incluye una serie de enfermedades distintas, con orígenes y causas diversas, manifestaciones muy variadas, diagnóstico y pronósticos muy diferentes y también tratamientos diferentes.

En términos generales, el cáncer se produce cuando un tipo de células sufre una alteraciones de sus patrones de división celular, lo que genera que estas células proliferen de manera descontrolada y den lugar a modificaciones de la forma, tamaño y función del tejido afectado.

La nutrición y el cáncer guardan una estrecha relación, desde el punto de vista causal y en la prevención, así como en la tolerancia al tratamiento oncológico y en la supervivencia.

Los alimentos pueden ser factores etiológico del cáncer, de manera que algunos factores dietéticos pueden aumentar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

El consumo excesivo de grasas en la dieta se ha relacionado con una mayor probabilidad de la aparición de cáncer de mama, colon, pulmón y próstata.

Una dieta equilibrada prolongará tu vida y aumentará tu bienestar.



Una dieta con exceso de proteínas, principalmente de origen animal, se ha relacionado con un aumento de la incidencia de cáncer de colon y próstata.

El alcohol es un factor de riesgo importante para la aparición de tumores de diverso tipo, y la combinación de alcohol y tabaco, tiene un efecto sinérgico sobre el riesgo de padecer un tumor, y en concreto con cáncer colorectal.

La forma de procesar y conservar los alimentos se ha relacionado con el aumento de la incidencia de ciertos tipos de cáncer. En los procesos de ahumado, asado o fritura se produce compuestos heterocíclicos como los benzopirenos y las aminas aromáticas que se han relacionado con un aumento del riesgo para padecer cáncer de esófago y estómago.

Asimismo en el agua y algunos alimentos pueden aparecer concentraciones moderadamente elevadas de ciertos derivados nitrogenados como los nitratos y nitritos, que al ser transformados por enzimas de la saliva dan lugar a nitrosamidas y nitrosaminas que podrían estimular el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Las aflatoxinas, son toxinas del hongo Aspergillus flavus que puede encontrarse en frutas y hortalizas en mal estado de conservación. Estos compuestos, podrían estar relacionados asimismo con la aparición de cáncer hepático.

Las frutas y verduras han demostrado un efecto protector frente al desarrollo de la mayoría de los
tumores; la fibra ha demostrado papel protector frente al cáncer de colon y recto"1.

Cada alimento que ingresa a tu cuerpo ayuda o acaba con tu salud, la administración inteligente de tu dieta puede definir en gran medida tu bienestar. ¿Te animas a ponerle atención?


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1. Extracto tomado de: http://www.teinteresa.es/Microsites/Pregunta_al_medico/Alimentacion/vicentelahera/relacion-alimentacion-cancer_0_742127963.html

martes, 17 de marzo de 2015

El poder de la Empatía

Este sencillo video te enseña por qué es clave hacer de la empatía tu apoyo a la hora de relcionarte en el día a día. Acércate a quienes te rodean de una manera acertada y oportuna. ¿Estás dispuesto?




miércoles, 11 de marzo de 2015

Adiós a la basura emocional.

Basura emocional, según el Instituto de la Ecología Emocional, se define como los "Resididos derivados de emociones poco adaptativas mal gestionadas o sin gestionar. Suelen responder al miedo, la rabia, el rencor, etc. y la consecuencia de acumularlas deriva en un hábitat contaminado, en una falta de autoconfianza y autoestima"1.

Tal como puede suceder en un espacio físico, la acumulación de basura atrae "plagas" que agravan bastante la situación. En el caso de la basura emocional podemos decir que estos asuntos no resueltos derivan en enfermedades emocionales como la depresión y la ansiedad, enfermedades que son cada vez un mayor motivo de consulta.

Es solo cuando aparecen dolencias físicas o enfermedades crónicas, desembocadas de dicha basura, cuando se empieza a atender el problema sin que se logre una solución definitiva en muchos casos. 
 
En Biodent M.I creemos en la importancia de la prevención por eso te invitamos a aplicar los siguientes consejos, recogidos de la experiencia de la psicóloga Ciara Molina, para asegurarte de estar al día frente a la basura emocional: 

"1. Pensamientos positivos o negativos, tú eliges. 

Según Molina, «los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, y su manifestación común es la ansiedad». Los positivos, en cambio, provocan todo lo contrario a nivel emocional. Así, con afirmaciones positivas, lograremos modificar el pensamiento a través del uso del lenguaje. Se trata, prosigue esta experta, «de que te creas lo que te dices, no solo que te quedes con las palabras: "me quiero", "me valoro", "soy capaz"... Hay que animarse a potenciar aquello que quieres atraer y tu pensamiento abrirá el camino emocional que te ayudará a alcanzarlo», asegura.

2. Creando expectativas, acumulando frustraciones.



Tendemos a fijarnos demasiado en lo que consideramos que nos hace falta, y esto nos dificulta poner atención en lo que somos, sentimos y pensamos en nuestro día a día. No podemos saber lo que va a pasar de aquí a cinco años, pero sí podemos gestionar a dónde queremos llegar dando pequeños pasos desde el hoy. «La mejor manera de no excedernos en nuestras expectativas será establecer pocas y a corto plazo, al hacerlas alcanzables ganaremos confianza», asegura Molina.


3. La actitud determina el estado de ánimo. 

¿Alguna vez has tenido la sensación de vivir un día pésimo desde que te levantas hasta que te acuestas? o, por el contrario, ¿no te ha pasado que de repente sientes que te comes el mundo y que todo lo que acontece a tu alrededor parece estar en sincronía contigo? «Lo que determina uno u otro es la actitud con la que nos enfrentamos a él», afirma esta psicóloga. «El mundo según lo vemos no es más que un reflejo de nuestro estado interior: cuanto más optimistas seamos a la hora de interpretar lo que nos pasa, mejor valoración haremos de nosotros mismos (autoestima) y mejor adaptación al medio tendremos. Por tanto, toda actitud positiva comienza por tener una autoestima saludable».

4. Voluntad sin acción es papel mojado. 

Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. «Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz?», se pregunta Molina. Para tener una buen a predisposición a la acción voluntaria ella aconseja ser receptivo, priorizar los pasos, visualizar positivamente aquello que queremos que suceda...

5. Salir de la zona de confort, definiendo zona de confort como todo aquello que nos rodea y con lo que nos sentimos cómodos.

 ¿Cómo salir de la zona de confort? Molina aconseja al respecto explorar nuevos horizontes y dejar que la vida nos sorprenda. «Perder el miedo a avanzar, a descubrir nuevos mundos y buscar oportunidades que nos aporten nueva sabiduría. Cuando decidimos explorar más allá de los límites que nos autoimpusimos empezamos a entrar en lo que se conoce como la "zona de aprendizaje"».




6. Quiero, puedo, me lo merezco. 

«Tenemos que tener claro que lo que nos define no son las opiniones positivas que los demás puedan tener o las críticas a las que nos veamos expuestos, sino la valoración que hacemos de nosotros mismos. Es decir, de la autoestima», señala Molina.

7. Autoestima.

 camino al bienestar. Para hacer que mejore, esta psicóloga recomienda que «nos aceptemos, tengamos confianza plena en lo que hacemos, nos cuidemos a nosotros mismos, seamos autosuficientes emocionales, aprendamos a poner límites, realicemos autocrítica constructiva, sepamos que somos los únicos responsables de lo que nos pasa, nos dediquemos un momento al día solo para nosotros, y apostemos por el sentido del humor, entre otras muchas cosas que podemos hacer».

8. Aceptación, pero no olvido. 

No se olvida, se supera, dice Molina. «Superamos relaciones, miedos, malestares, frustaciones, pérdidas y heridas emocionales. Eso sí, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y pensar constantemente en borrar nuestros recuerdos negativos no hará más que hacerlos más conscientes», afirma. Por eso para que un malestar se supere no podemos negar que exista, necesitamos admitirlo para cambiarlo», añade.

9. Críticas.

¿constructivas o destructivas? Lo que diferenciará que una crítica sea catalogada de constructiva o destructiva será la intención con la que se dice, las palabras que se escogen y la manera de decirla. «Pero por muy destructiva que sea la crítica, si no se le da importancia, no se vivirá como una ofensa». «Asimismo, cuando seamos nosotros los que formulemos la crítica, no debemos ser apresurados a la hora de opinar, debemos dejar claro el aprecio, basarla en el respeto, y expresarla en el momento adecuado... además de ser conscientes de que el otro tiene derecho a réplica», recuerda.

10. La comunicación, por último, como base del equilibrio emocional. 

Resulta imprescindible saber comunicarnos, entendernos y comprendernos los unos a los otros. Una buena o mala comunicación puede marcar la diferencia entre tener una vida feliz o tenerla llena de problemas. Para que la comunicación sea efectiva y emocionalmente sana partiremos de las siguientes premisas: Tendremos la actitud adecuada, nos centraremos en un tema en concreto, escucharemos con atención, nos expresaremos de forma clara y directa, diremos lo que pensamos y sentimos, aceptaremos la opinión del otro, no daremos nada por supuesto, preguntaremos, y seremos coherentes con lo que decimos y lo que expresamos de una manera no verbal."2


Fuentes: 
1. http://www.ecologiaemocional.org/ecologia-emocional/diccionario
2. http://www.abc.es/familia-vida-sana/20131119/abci-psicologa-emocional-chat-201311061038.html

sábado, 7 de marzo de 2015

14 claves para la buena salud femenina.

A propósito de la celebración del Día Internacional de la Mujer queremos invitarte a reflexionar acerca de tu salud, pues aunque muchas mujeres entienden que el bienestar se debe a mucho más que pastillas, es importante recordar cuáles son esas claves que harán la diferencia.

1. Aprende a comer


Las comidas deben ser los momentos más sagrados del día, aprovecharlos al máximo garantizará incontables beneficios. Planifica tus comidas, incluso las meriendas, así evitarás comer lo que no debes; si comenzaste una nueva dieta, evita comer afuera durante la primera semana; no leas ni veas televisión mientras comes, concéntrate en la comida; baja tus cubiertos después de cada bocado y no los llenes hasta que hayas tragado; saborea lo que estás comiendo, mastica lentamente y, finalmente, llena tu plato con la cantidad de comida que quieras, no comas de los platos de otros.


2. Separa dos días del mes para ti


Dedicar dos días completos al mes para hacer lo que más te gusta y consentirte como solo tú lo sabes hacer es un secreto que practican muchas mujeres alrededor del mundo para reducir al máximo los efectos negativos que sobre la salud tiene la vida moderna. Las mujeres son más vulnerables que los hombres a anemia, ansiedad, depresión, osteoporosis, migrañas y estrés, y con solo dos días al mes podrás protegerte de esas amenazas. En ningún momento estarás evadiendo tus responsabilidades, así que no te sientas culpable.

3. Optimiza tu bienestar con pequeños detalles


Tómate la leche que queda en tu cereal, allí se depositan los nutrientes; toma agua fría antes y durante el ejercicio, esto acelera el metabolismo; grita o haz que te griten mientras levantas pesas, te dará más fuerzas; apuéstate a ti misma un billete por cada día de ejercicio que realices, esto te dará ánimos; incluye espárragos en tu dieta diaria, ayudan a suprimir los radicales libres y cuando te bañes, sécate primero la cabeza y el cuello, te ayudará a evitar resfriados.


4. Vigila tu peso


Si tienes sobrepeso, perder entre cinco y 10% de éste puede ser suficiente para reducir a más de la mitad el riesgo de padecer de diabetes tipo 2, incluso si tu historia familiar puede jugar en tu contra. Actívate y comienza a perder peso, porque con solo este cambio es posible vivir más y mejor (muchas mujeres no saben que la diabetes es una de las principales causas de ceguera en los adultos y que puede restar 10 años de vida).

5. Examina tu colesterol


Si tienes más de 20 años, un examen general de colesterol puede evaluar tu riesgo de algún padecimiento del corazón. Si tu colesterol “malo” (el LDL) es más de 130, hazte el examen cada año; si es menor que eso, hazte el estudio cada cinco. Y, luego de la menopausia y durante los 10 años que le siguen, tus chequeos de colesterol deben ser aún más importantes porque los riesgos de padecer alguna complicación cardíaca aumentan considerablemente.

6. No te quedes quieta


En esta agitada vida moderna, no nos podemos dar el lujo de reposar en casa cualquier lesión que nos haya ocurrido. Estudios recientes demuestran que, al menos que el dolor sea muy severo o profundo o que por estricta recomendación médica se prohiba el movimiento, una versión modificada de tu rutina de ejercicios tiene un efecto positivo en el tiempo de recuperación.

7. Fortalece tu sistema inmune


Aunque las mujeres tenemos un sistema inmune más fuerte que el de los hombres, sufrimos de gripe en promedio tres veces al año. Para reducir aún más ese número, comienza a tomar probióticos, aumenta tu consumo de vitamina D, hazte masajes regularmente, pierde algunas calorías y cultiva relaciones interpersonales sanas.

8. Cuídate de los enemigos silenciosos



Si tienes más de 50 años y has sido diagnosticada por primera vez con Síndrome de Colon Irritable, es mejor que busques una segunda opinión. El cáncer de ovario es mucho menos expresivo que el de seno, así que si tienes dolor pélvico o abdominal, si te sientes cansada o anémica, si los dolores de cabeza son frecuentes, si te sientes hinchada, si tienes dificultad para comer o te llenas muy rápido y estos síntomas son persistentes, entonces acude a tu médico, sin importar que no tengas antecedentes familiares de este cáncer, 90% de los casos no los tienen. También es recomendable que descartes con tu médico la posibilidad de enfermedad celiaca.

9. Evita el síndrome premestrual


Sí es posible evitar los cambios de humor y la retención de líquidos que se presenta antes de cada menstruación tomando magnesio. Este mineral estimula la producción de dopamina que es una hormona vinculada al humor; 270 miligramos al día puede ser muy útil. Sin embargo, en esos días previos es mejor que evites las bebidas alcohólicas, porque algunas mujeres son más susceptibles a sus efectos durante ese breve periodo y esto puede influir en tu humor.


10. Habla sobre tu incontinencia


Una de cada cuatro mujeres mayores de 40 años sufre de algún tipo de incontinencia urinaria. Bien sea porque se hace difícil retener la orina, tiene algún tipo de cistitis o porque la forma en la que se expulsa no es la adecuada, lo cierto es que la incontinencia sigue siendo un tema tabú para muchas mujeres aunque 80% de los casos pueden ser curados. No te avergüences de tu condición y acude a tu médico; quizá tengas solo un problema de deficiencia de estrógeno que puede ser solventado con facilidad.


11. No le temas al papanicolau


Diseñado para detectar el cáncer cervical, este estudio debe hacerse por vez primera a los 21 años con exámenes anuales de seguimiento hasta los 30. Las mujeres mayores de 30 que han tenido tres resultados consecutivos “normales”, podrían esperar tres años entre cada estudio. Sin embargo, una mujer sana que es VPH (Virus del Papiloma Humano) negativa y que solo tiene una pareja sexual, puede hacerse el papanicolau cada tres años. Todo depende de cuántos factores de riesgo posees.

12.  Adiós al olor vaginal


Puede ser causado por una infección, malos hábitos de limpieza o por el propio sudor. Trata de lavarte varias veces al día y mantener los vellos al margen y si el olor persiste, quizá es mejor que te ayude tu médico. Puede deberse también al olor de la orina, por lo que abundante agua u otros líquidos es también una buena recomendación. Toallitas húmedas y talco deberían convertirse en parte de tu rutina diaria si corres con la mala suerte de tener que lidiar con este problema; son prácticos e ideales para tener siempre en la cartera.

13. Cuida tu tiroides


El hipotiroidismo puede provocar aumentos de peso, y el hipertiroidismo puede indicar algún problema en el sistema inmune. Si eres mayor de 35 años o tienes alguno de estos síntomas, entonces hazte un estudio cada tres años. Los desequilibrios de la tiroides también pueden provocar cansancio y falta de energía, incluso acelerar la pérdida del cabello.


14.  Una vez al año hazte un chequeo


A partir de los 40 años es indispensable que te realices una mamografía anual, o antes si en tu familia hay un historial de cáncer de mama. Empieza a hacerte todos los estudios relacionados con esta enfermedad 10 años antes de la edad con la que tu pariente fue diagnosticado.


Por último, procura sacar un momento antes de desayunar y realízate los siguientes autoexámenes que pueden salvarte la vida. Si tienes algunas de estas señales, acude al médico inmediatamente:
  • Uñas: Líneas oscuras pueden ser señal de melanoma; mientras que líneas blancas pueden ser síntoma de problemas en los riñones.
  • Axilas: Parches de piel más oscura y gruesa pueden ser signos de diabetes.
  • Párpados y rodillas: Pequeñas peloticas blancas son generalmente evidencias de colesterol muy elevado.
  • Cuero cabelludo: Si tu cabello es cada vez más fino y se te cae, puede ser signo de algún desorden en la tiroides; si se te está escamando el cuero cabelludo, seguramente es mucho estrés.
  • Vientre y areolas:  Si tienes vellos gruesos creciéndote desde la pelvis hasta el ombligo o alrededor de las areolas, entonces es probable que sufras de Síndrome de Ovario Poliquístico.
  • Lengua: Una capa blanca, amarilla o incluso color naranja sobre tu lengua es señal de problemas de reflujo o acidez. Sin contar el mal aliento que ello genera.
  • Ojos: Si tienes más ojeras que de costumbre, entonces quizá tienes algún problema de alergia; si tienes un pequeño nódulo amarillento sobre la parte blanca del globo ocular, entonces seguramente es una pinguécula (una sobreproducción de colágeno causada por el daño solar).

Fuente: http://esteticaysalud.com.ve/16-secretos-para-la-buena-salud-de-la-mujer-de-hoy/

lunes, 2 de marzo de 2015

Gingivitis: Un enemigo silencioso.

La escena tal vez se repite sin que te cause mucha alarma: cada vez que te cepillas los dientes, te sale un poco de sangre. Seguramente piensas que es normal porque pudiste haberte lastimado las encías con la presión del cepillado y no le das importancia. Sin embargo, el sangrado de las encías es un indicador de que puedes tener gingivitis.

La gingivitis es una enfermedad periodontal que provoca la inflamación de las encías y el soporte de los dientes. Por lo general no duele mucho, así que puede pasar desapercibida para ti. Sin embargo, si no es tratada por un odontólogo o dentista, puede convertirse en una enfermedad de las encías mucho más grave.

Es por esto que debes mantenerte atento a los síntomas de la gingivitis, que incluyen los siguientes:
  • Encías inflamadas y sensibles
  • Encías que sangran fácilmente cuando te cepillas o usas el hilo dental
  • Mal aliento
  • Cambio de color en las encías: de un sano rosado a rojo oscuro

¿Por qué da gingivitis? 



La causa más común es falta de higiene oral. Por esto, es importante que te cepilles los dientes después de cada comida, y que uses hilo dental para sacar los restos de los alimentos que se quedan entre los dientes y que causan la placa bacteriana.

La placa bacteriana es una capa invisible compuesta de bacterias que se forma cuando las harinas y los azúcares que se quedan en los dientes se juntan con las bacterias que habitan la boca normalmente. La buena noticia es que la placa puede eliminarse cepillándose los dientes, pero la mala, es que se vuelve a formar rápidamente, por lo general en 24 horas (si no se remueve, produce sarro). Mientras más se quede la placa en tus dientes, más irrita la gingiva, es decir la parte de las encías que está alrededor de la base de los dientes.

Hay ciertos factores que incrementan el riesgo de gingivitis. Entre ellos hay enfermedades y hábitos cotidianos. Fíjate si puedes modificar alguno de tus hábitos para poder evitar el riesgo de gingivitis:
  • Mala higiene oral
  • El cigarrillo
  • Uso de drogas
  • Tener diabetes
  • Ser un adulto mayor
  • Problemas con el sistema inmunológico tales como VIH/SIDA o leucemia.
  • Tener la boca seca
  • Ciertos medicamentos que provocan menos producción de saliva
  • Cambios hormonales como los relacionados con el embarazo
  • Mala nutrición

Cualquier persona puede padecer de gingivitis, así que visita a tu odontólogo o dentista regularmente para que te revise y te indique los pasos a seguir si ya tienes gingivitis o si estás desarrollándola. Y la próxima vez que te sangre la encía cuando te cepillas los dientes o usas el hilo dental, préstale atención a este síntoma. ¡Nada es mejor que una boca sana!

Tomado de http://bit.ly/1GIxMhr